Omno era un gigante. Fue un verdadero luchador.
Su colosal tamaño le brindaba una clara ventaja ante cualquier oponente, pero nunca abusaba de su fortaleza.
Omno, en lugar de exigir cuidados, protegía a los demás. Se aseguraba de que los otros recibieran apropiadamente a los nuevos del clan.
Jugó con los más pequeños. Sus más cruentas batallas, aquellas que perdió, las perdió en juegos contra los más chicos y débiles. Así, ellos se sentían confiados porque habían podido derrotar al gigante.
Varias veces este luchador estuvo cara a cara con la muerte; sin embargo, lograba sobreponerse milagrosamente y volvía a su lugar entre los suyos.
Omno estuvo luchando por 14 años. Durante ese tiempo fue un ejemplo de lealtad para con los que protegía.
No obstante, la muerte vino por el noble guerrero al cabo de ese tiempo; esta vez de forma definitiva.
Omno partió el 31 de octubre de este año. Hoy sus amigos lo lloran y lo extrañan.
¡Hasta la vista, buen Omno!
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