miércoles, 31 de enero de 2018

"Vivir la literatura, vivir la cultura" ¡Y vivir la vida de los textos!

Enrique Banús, de la Universidad de Piura, en Perú, publicó el interesante artículo "Vivir la literatura, vivir la cultura: la función del escritor, la función de la crítica" en el número 27 de la Revista de Lenguas Modernas.

En dicho artículo, el autor hace énfasis en la idea de la vida del texto: los textos están vivos y escapan al control de sus autores.  Del mismo modo, subraya que la vida del texto muchas veces escapa a la mirada de la crítica literaria, con lo que concuerdo plenamente.  ¿Cuántas veces los críticos literarios han menospreciado textos por "su poco valor" y, años después, los textos resurgen mientras que aquellos que los desdeñaron quedaron en el olvido?  ¿Y cuántas veces los críticos, dirigidos por nuestros propios sesgos profesionales, filosóficos, religiosos o políticos destruimos literalmente a un texto (y a su autor) sólo porque su contenido no refleja nuestra posición?

¿Cuántos críticos literarios no abogan por una literatura estándar, políticamente correcta, que apoye los derechos de ciertos grupos sociales en cuanto a etnia, género, visión política, o identidad sexual?

¿Y por qué dichos críticos no levantan la voz y más bien celebran, por ejemplo, cuando un texto pisotea los credos religiosos o los valores específicos de una comunidad antagónica a la suya?

Lo anterior es un ejemplo de la doble moral en la crítica literaria, pues la tolerancia no es válida solamente cuando va en una dirección.

Los críticos, como afirma Banús, poseemos una gran responsabilidad al mediar con los textos. No tenemos el derecho de censurar textos o autores que no se amolden a nuestros intereses, criterios estéticos, o visión del mundo.

2 comentarios:

  1. Totalmente cierto! La crítica es una actividad que, aunque se escude en la objetividad, será siempre una visión parcializada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y es muy interesante ver a algunos hablando de objetividad para más bien favorecer su propio discurso sesgado.

      Eliminar